Humor mal contado: Violento Parra, un peligro musical

Por IG psicologocano

Iniciando abril en pandemia, nos encontramos con algunas realidades que, para muchos pasan a ser el chiste fácil de una pequeña parrilla mental precaria de ingenio. Uno de ellos fue el proyecto del humorista Violento Parra, personaje creado para sacar una carcajada a través de la violencia, el menoscabo y la humillación.

En esta ocasión, Violento Parra se pasó todos los límites, e hizo de su rutina una parodia que no fue más que seguir reproduciendo un discurso de odio, patológico y burlesco de una situación que muchas veces en el Chile actual puede llegar a costar la vida, ejemplo de ellos podemos dar muchos.

Me atrevo a decir en el Chile actual, ya que desde el estallido social, el fascismo en nuestro país se ha levantado brutalmente, manifestando todo lo que odia y rechaza sin ningún recato, lo hemos visto rompiendo cuadros, símbolos y cuerpos de la diversidad sexual.

Con esto último no acuso a Violento Parra de fascista, es un personaje inventado, sin embargo posiblemente en tiempos de dictadura hubiera estado tocando la guitarra, por no señalar otra cosa, en la mesa de criminales, todo justificado en una carcajada.

La población LGTBI sabemos de risas, y sobre todo la población trans, pues la risa ha sido parte de nuestro escudo de resiliencia, sin embargo también reconocemos que existe una importante diferencia en la frase «morirse de la risa» y otras «matar para que te rías» y eso fue precisamente lo que el señor Violento Parra, presentó en el programa mentiras verdaderas del la Red para generar una noche de humor. En su rutina Violento Parra se refiere a la población trans desde el espacio de la perversión, hasta la ridiculización de sus acciones en el proceso de descubrir la identidad, si bien para Violento Parra esto puede ser una ironía que solo busca entretener, estas ironías la comunidad LGTBI la pagamos con nuestro cuerpo y vidas.

¿Se imaginó Violento Parra que posiblemente una joven adolescente trans miraba el programa junto a sus padres y ver que su pequeño secreto era cantado como «copla de perversión»?, ¿Sabrá Violento Parra que muchas de las personas trans se han visto obligadas a regresar a sus casas donde son sometidos a todo tipo de humillaciones, golpes y maltrato psicológico que su canción no dimensiona?.

Las disculpas no me sirven, las disculpas las debe dar en cada tumba donde duerme un cuerpo maltratado y violentado por gente que piensa y canta como Violento Parra. Las disculpas las debe dar sobre esas mujeres y hombres trans, que son vistos como pervertidos y que su canción llega solo a reforzar el estereotipo que la sociedad intenta cambiar gracias al trabajo de distintos activistas en todo Chile y el mundo.

Violento Parra, usó su nombre social, para decirle que las excusas llegan tarde, las disculpas no sirven y su canción no suena más fuerte que las burlas que generaron en cada hogar.

Romina Ramírez, profesora y activista en derechos sexuales, señala en torno a la rutina de Violento Parra «utiliza mecanismo de violencia encubierto a través del humor, lo que comúnmente nosotros llamamos micromachismo, son formas sutiles de ejercer la violencia, uno puede entender que es una sátira, pero nuestro contexto nacional».

Y agregó que, «no está adecuado para ese tipo de sátira, en chile aún hay niños y adolescentes que enfrentan un muro de discriminación e intolerancia y no tienen acceso a una ley de identidad de género, entonces él encubre esa violencia con el recurso del humor, que en el fondo es sacar la risa fácil, creo que acá es importante entender que trabajar la violencia es transversal, tanto para derecha como izquierda o quienes se hacen llamar del pueblo como este personaje, y al parecer se ríe de quienes llevamos cargando históricamente las diversas luchas sociales», finalizó.

José Luis Díaz.