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[ENTREVISTA] Feminismo Inclusivo: Vanessa Hoppe Espoz, una alternativa constituyente
Por IG: psicologocano
En los últimos años observamos como el feminismo se ha levantado con mucha fuerza. Sin embargo, es preciso advertir que no es “un” feminismo, sino que son tantos como diversidad de mujeres existen.
Es así como también hay feminismos que se alejan del principio básico de “unión” en función de lograr equidad de derechos para las mujeres, y que fue el punto de partida de las precursoras del movimiento.
A inicios de 1900 tenemos los primeros antecedentes sobre mujeres que, en esa época, fueron llamadas «emancipadas» y que estaban en desacuerdo con la visión patriarcal y heteronormada de la sociedad, que las posicionaba como bellas princesas, cuyo castillo era la cocina y su vestido un delantal blanco; desde luego guardar silencio, algo propio de los deberes de una respetada mujer de familia.
Este mandato de silencio, se extrapola desde el interior de sus hogares al contexto político, donde no tenían espacio de participación. Es así como sobre ellas pesa la triste condena de aceptar violaciones, golpes y una desigualdad social que las dejaba al margen de toda acción en lo público, sea político social y cultural.
Su primer gran triunfo fue el derecho a voto, en 1934 participaron en las elecciones municipales en Chile, algo jamás pensado por 1800 y también por algunas mujeres de principios de 1900, sin embargo, el salto más importante ocurre en 1949 donde se presentan con el derecho a voto presidencial y parlamentarias.
Desde entonces las une el incansable desafío de justicia e igualdad que van tomando cada vez más fuerza.
En Chile, durante los tiempos de dictadura, ellas fueron soporte familiar y lucha constante contra la este régimen totalitario y genocida, demostrando que de fragilidad poco había. Su nueva consigna ahora era «democracia en la calle y en la casa». Las mujeres necesitaban ocupar un lugar en los espacios de decisiones, tanto políticas, sociales y culturales. Importantes mujeres dieron esa lucha, sin embargo mi mensaje de agradecimiento va para todas, ya que en cada una existe una trinchera de resistencia, desde los trabajos de cuidado y domésticos no remunerados.
Si bien la lucha de las mujeres fue avanzando hacia nuevos conceptos como sororidad, también el patriarcado se ve amenazado y debilitado. La comunidad LGTBI aparece para fortalecer la lucha feminista desde sus propias femeneidades.
El feminismo de hoy no solo trata de conseguir mayores derechos políticos, trata también de cómo, dentro del movimiento se le da cabida a las necesidad de todas las mujeres, y eso implica superar las referentes blancas liberales y avanzar hacia un feminismo inclusivo, construido desde las miradas de todas esas mujeres y desde sus experiencias patriarcales de subordinación y discriminación, las que solo pueden ser contadas desde estas corporalidades feminizadas.
Para contarnos de su visión, desde estas experiencias, conversé con Vanessa Hoppe Espoz, candidata a constituyente por el distrito 21.
Se ha destacado en su rol como abogada feminista, ambientalista y activista por los derechos de las mujeres y pueblos indígenas, sino también por ser integrante de ABOFEM Biobío, Asociación de Abogadas Feministas, quien desde Cañete se desempeña como directora de vinculación, aportando en la lucha por los derechos humanos con un enfoque de género, en el contexto de un feminismo inclusivo.
– Vanessa ¿Cómo observas este proceso constituyente y cuál es la importancia que tiene para nuestro país?
Veo en este proceso constituyente una luz de esperanza, que permita devolver el timón del barco a las personas.
La Constitución permea la totalidad del ordenamiento jurídico e influye, fuertemente, en los valores que nos representan como sociedad. Al tener una carta fundamental que consagra un Estado subsidiario y un derecho a la propiedad privada super reforzado, que se superpone a los demás, ha sido posible ver como en nuestro país el protagonismo y el poder político lo tienen las empresas, quienes acceden fácilmente a los fondos del Estado, pues suplen a este en el ejercicio de cuestiones, que deberían ser garantías y no servicios de empresas, que nos relegan al eterno rol de meros «consumidores» y que relegan al Estado a un rol secundario e irrelevante como una mera caja pagadora de empresas privadas.
– El sistema patriarcal y heteronormado ha sido un barrera para alcanzar los necesarios derechos para la comunidad LGTBI y mujeres, lo cual se ha reforzado por el sistema neoliberal, ¿cuál es tu opinión de este cruce y que rol tiene el feminismo?
En este sentido, desde el feminismo comprendemos que en este «experimento neoliberal», como se ha llamado a Chile, si bien todas las personas hemos sido desplazadas, en general, es claro que no todes sufrimos la discriminación que se vive siendo mujeres, desde una corporalidad feminizada o desde una disidencia sexual, realidad que, en cada caso, se agrava y complejiza cuando se cruza con otras realidades, como la pobreza, el hecho de ser indígena, pertenecer a un pueblo originario o a naciones como la mapuche o vivir realidades como la violencia doméstica o convivir con alguna discapacidad, etc., por lo que debe contemplarse medidas específicas enfocadas a estos grupos de mayor vulnerabilidad y riesgo. Lo primero es que una nueva Carta debe tener como base los Tratados de Derechos Humanos ya ratificados por nuestro país y debe contemplar la perspectiva de género, cruzada con estas otras variables de mayor vulnerabilidad, cuando sea necesario, lo que solo será posible si las personas que viven dichas realidades están ahí presentes o representadas. Yo quiero representarlas y estar abierta a llevar un mandato de esas personas a esta nueva Carta, de tal forma que se escriba para todes y nunca más para favorecer a los grupos económicos que nos han gobernado por casi 50 años.
¿Cómo vez este desafío?
El desafío es enorme, pero ya estamos aquí y hay que pensar lo que queremos para concretarlo, aunque suene a algo muy grande, como pensar en devolver al agua el valor de derecho fundamental y bien nacional de uso público, entregar derechos a la naturaleza, reconocer la realidad plurinacional del territorio que ocupa Chile o pensar en derechos para los animales, hoy son posibles y no bajaremos los brazos hasta agotar hasta la última posibilidad de consagrarlos.
Por último y para terminar Vanessa, cuales son los contenido que te gustaría instalar en la carta magna, es decir en nuestra nueva constitución.
Además de los ya señalados en la pregunta anterior, en general sueño con una Constitución que ponga en el centro a la vida. Una Carta que ponga su énfasis en las personas, debe ser un instrumento que priorice la vida, por sobre la propiedad privada y creo que debe relacionarse este derecho con el derecho a un medio ambiente “sano”, pues es lógico que de este último depende la vida de las personas y no al revés y desde ahí su enorme importancia. Además de pensar y discutir el reconocerle a la Naturaleza la calidad de sujeta de derechos, como ya se ha hecho en otros países del continente.
No es real que una institucionalidad ambiental más férrea desincentive la actividad económica, sino que, lo que hace, es entregarnos garantías de vida digna a quienes habitamos los distintos territorios y proteger estos de convertirse en el patio trasero de las multinacionales, como algunos pretenden; por ejemplo con el TPP11 que nos relega a ese rol, respecto de los países del Asia Pacífico, condenando también a nuestra economía a ser invariablemente exportadora de materias primas para los países del primer mundo. Esto que es pan para hoy hambre para mañana, representa la mezquindad con la que piensan los grupos económicos que hoy nos gobiernan, que solo aspiran a llenar sus propios bolsillos a costa de la salud y dignidad de todes. Eso no podemos permitirlo nunca más.
Gracias Vanessa Hoppe Espoz, suerte en tu desafío por todas las provincias del Bíobio.
José Luis Díaz.
