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«Me hizo jurarle que eran 7 encuentros»: Víctimas de la secta de Tito Fernández detallaron rituales con una daga
La noche del pasado jueves, La Red emitió un nuevo capítulo del programa Jaque Matus, la periodista Alejandra Matus entrevistó a las víctimas del cantautor nacional Tito Fernández.
Recordemos que el intérprete está imputado por tres delitos de abuso sexual reiterado y tres delitos de violación propia, hechos que habrían ocurrido entre 2010 y 2016.
En este contexto, la ingeniera eléctrica, Edith Pozo, entregó su testimonio sobre la secta “Tallis”, que tenía como líder a “El Temucano”.
“Él me citó en un lugar. Recuerdo que fue 21 de marzo, o algo así. Cuando llegué al encuentro, él estaba así como ‘el viejito buena onda’, sentado en una banca”, comenzó señalando la víctima.
Asimismo, indicó que el cantante la invitó a caminar y la hizo ingresar a un sitio. “Ahí me di cuenta de que era un motel. Me dijo que no tuviera miedo, que íbamos a hacer un ritual que tenía que ver con la iniciación, pero que era más avanzado. Era lo que él realmente necesitaba de mí”, agregó.
“Una vez en la habitación, me dijo que iba a hacer una limpieza. Sacó una daga, que supuestamente era para mí, porque él le había grabado un nombre espiritual que me iba a dar en ese momento“, precisó.
Según su relato, en ese instante Fernández le dijo que se pusiera de rodillas encima de la cama, “y me puso la daga en el cuello“.
“Una daga y un juramento”
Evelyn Gómez, otra de las denunciantes, coincidió con el relato de Pozo. “Nos hizo ir con falda, porque todo era un rito. Llegamos a ese lugar, y él saca de su bolsa una daga, y además puso un tablero de ajedrez, como que arma un altar, y me hace poner el puñal aquí (bajo el mentón cerca del cuello)“, describió.
Posteriormente, las víctimas describen que Fernández les hizo repetir un juramento, el cual las llamaba a ser “obedientes, entregarse al maestro y dar su vida”. “Me tenía que enajenar, porque todo le pertenecía”, agregó Gómez.
De igual forma, Karim Zetkin señaló que en esa instancia, Fernández punzaba el puñal en su mentón. “Me decía: ‘Disculpa, pero para el ritual voy a tener que empujarla un poquito’”, dijo.
“Como todo sicópata, él sabía que yo no me iba a enterrar el puñal, porque se exponía él”, agrega Pozo.
La explicación que Fernández le daba para utilizar esa arma, se remontaba a las antiguas logias, “donde la sacerdotisa, una vez que hacía el juramento, tenía que decidir si lo hacía, o se suicidaba, y ella se tenía que enterrar el puñal”.
“Me violó”
Pasado ese “ritual”, las víctimas coinciden en que el cantante abusó sexualmente de ellas. “Mi mente se nubló, mis piernas se pusieron como trapo (…) Simplemente aguanté lo que venía después, que era una violación“, relató Pozo.
“Después de eso sucedió el delito. Me violó. Yo creo que pasó el tiempo y más encima me hizo jurarle que eran 7 encuentros, si no la sacerdotisa se tenía que suicidar”, concluyó Gómez.
Cabe señalar que por este caso, la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte ha solicitado una pena de 34 años de cárcel para el intérprete.