Opinión
¿Y si generamos una transformación digital más segura?
Autor:
Tecnólogo Manuel Abreu Ortiz, Especialista en tecnología y ciberseguridad.
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En los últimos meses hemos experimentado la caída de las aplicaciones y redes sociales más usadas en el mundo, las cuales son propiedad de la compañía de tecnología más grande del planeta, provocando que la vida de millones de usuarios, empresas y comercios se paralizara de una manera inusual.
No se tratóؚ de un desastre natural o un cisma político a nivel mundial, tampoco de la caída global de Internet o las líneas telefónicas, pero muchos llegaron al borde de un colapso nervioso, sin lugar a dudas.
Esa mañana al mirar por la ventana, la vida seguía con normalidad, solo que las personas estaban desconcertadas y pendientes de la pantalla de sus teléfonos celulares, mientras reiniciaban el equipo, quitaban y ponían el modo avión, verificaban el modem de la casa, todo esto con la falsa esperanza de conectar con las aplicaciones de WhatsApp, Facebook e Instagram. ¿Era necesario alarmarse de esa manera?
Vimos que la situación se solucionó luego de varias horas que parecieron eternas para muchos, y que al menos sirvió para bromas, memes e historias que serán contadas a futuras generaciones.
Para micro y medianas empresas, así como para emprendedores, se convirtió en un trago muy amargo, dejando fuera de servicio sus plataformas de comunicación con sus clientes y operaciones diarias, lo que se traduce en producción perjudicada, sin contar los miles de dólares de publicidad. De acuerdo con lo publicado en diversos medios, Facebook, hoy META, sufrió una pérdida de unos USD$ 6,000,000,000 millones de dólares.
¿Qué nos deja ver este suceso, que se ha vuelto repetitivo en los últimos dos años, de caerse por largas horas las principales empresas de mensajería y redes sociales? Indica que si bien es cierto que la tecnología se ha convertido y seguirá siendo nuestra principal aliada en la vida diaria, es de vital importancia poner atención a nuevas alternativas o contingencias que deberíamos estar implementando desde hace tiempo, para suprimir los posibles efectos negativos de no poder contar con estas herramientas, principalmente desde que inició la pandemia y a propósito de que una parte significativa de nuestras actividades laborales y de negocios dependen de estos medios y servicios.
En ese sentido, caemos en cuenta de lo que buscan las grandes empresas con la realidad virtual y la creación de “metaversos”: personas que vivan porciones importantes de sus vidas en un entorno virtual. ¿Hasta dónde puede llegar? Según una encuesta de Ericsson sobre las expectativas del consumidor de cara al 2030, la mitad de los encuestados imaginan que la diferencia entre la realidad física y virtual habrá desaparecido casi a totalidad.
Entonces, podemos imaginarnos en un momento la vida en ese ecosistema (metaverso). Si el sistema se cae no solo generaría una tensión graciosa, sino trágica de verdad. Una enorme cantidad de usuarios concentrados en pocos servicios, a largo plazo, representaría un riesgo para la otra parte de la población.
Sabemos que existe en varios países una regulación que busca evitar esta concentración de usuarios. Debemos preguntarnos las razones por las que existen tan pocas compañías con la capacidad de brindar esas plataformas con tal escala. No es por desconfianza de quienes proveen los servicios de plataformas sociales, sino por la falta de mejora en la estrategia de redistribución de las capacidades de innovación para enriquecer el ecosistema en la era digital, permitiendo que veamos más personas desarrollar, diseñar y comercializar soluciones tecnológicas que promuevan la transformación positiva de la sociedad en la que vivimos actualmente.
En tal sentido, las grandes empresas deben ser responsables, tanto creadores de software como de hardware, y optimizar la forma de habilitar una cultura de creación más general, que pueda prevenir interrupciones de servicio a través de diseños más adecuados en sistemas de información, siendo más robustos en cuanto a capacidades técnicas y seguridad de continuidad de sus operaciones en forma ininterrumpida. Aún más importante, esto se lograría con la apertura de rutas digitales alternas que permitan tener una diversidad de opciones para alcanzar los objetivos con el uso de la tecnología.
¿Cuáles acciones concretas realizar para fomentar el cambio? Las empresas deben promover la inversión en talento y proyectos locales, atendiendo la gran variedad de necesidades e intereses en cada país. Agregar que además ayudaría nivelando el ritmo en que las corporaciones de todos los sectores interesados integren servicios como este en su oferta de valor, evitando la ampliación de brechas tecnológicas.
En cuanto al consumidor final, simplemente buscar rutas alternas de diversos servicios que utilizamos y los enlaces a través de los cuales los obtenemos. Existen miles de aplicaciones (apps) disponibles que ofrecen el servicio de mensajería, redes sociales, buscadores de internet con mayor seguridad que los utilizados actualmente, adecuados para los usuarios más exigentes.
¿Podemos llegar a una transformación digital más segura? Con estas acciones en conjunto se podría lograr. Los usuarios tendrían a la mano diferentes alternativas de comunicación, al mismo tiempo las empresas contarían con más canales digitales para promover su marca, productos y servicios, olvidándose por completo de la preocupación de que si una red se cae se lleva a las demás, pues están atadas al mismo proveedor. Además, genera mayor competitividad, lo que obliga a brindar mejores servicios y productos dentro del ecosistema.