Chile
Excrementos: una solución sostenible para la crisis mundial de fertilizantes
Un estudio liderado por la Universidad de Cornell propone transformar los desechos humanos en biochar para reducir la contaminación, mejorar los suelos agrícolas y enfrentar la escasez de nutrientes esenciales como fósforo y potasio.
Una investigación publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) ha revelado el potencial revolucionario de los excrementos humanos como recurso clave para una agricultura más sostenible y resiliente.
Según el estudio, el tratamiento térmico de residuos fecales puede transformarlos en biochar, una forma de carbón de nutrición vegetal capaz de suplir hasta el 25% de la demanda global de potasio y reducir en un 90% el volumen de lodos contaminantes que actualmente representan un riesgo ambiental.
Biochar: del desecho a recurso estratégico
El estudio detalla que, al convertir los desechos humanos en biochar, no solo se eliminan patógenos, microplásticos y metales pesados presentes en los lodos residuales, sino que también se logra una reducción significativa en peso y volumen, facilitando el transporte y la gestión eficiente de estos materiales.
Este innovador enfoque permitiría cubrir anualmente el 15% del fósforo, 17% del nitrógeno y 25% del potasio requeridos por la agricultura global, combinando biochar con nutrientes recuperados de la orina.
Según el autor principal, Johannes Lehmann, uno de los mayores beneficios es la capacidad de adaptar la fórmula del biochar a los requerimientos específicos de cada cultivo, evitando fenómenos como la eutrofización, una de las principales causas de deterioro en ecosistemas acuáticos.
Una alternativa al modelo actual de fertilización
La producción de fertilizantes sintéticos es responsable del 25% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, generando más de 2.600 millones de toneladas de CO₂ al año, superando incluso al sector de la aviación y el transporte marítimo juntos. A esto se suman los impactos de la minería de fósforo y potasio, que produce residuos radiactivos y saliniza fuentes hídricas.
A diferencia de estos procesos, el biochar actúa como sumidero de carbono, atrapando CO₂ en el suelo por décadas y contribuyendo a mitigar el cambio climático. Además, promueve una economía circular, reduciendo la dependencia de importaciones de fertilizantes y fortaleciendo la soberanía alimentaria.
«Las implicaciones van más allá de la agricultura: involucran geopolítica», advirtió Lehmann, recordando que Marruecos concentra el 70% de las reservas mundiales de fosfatos, lo que pone en evidencia los riesgos de concentración de recursos críticos.
SQM Yodo Nutrición Vegetal y el impulso a prácticas agrícolas sostenibles
El avance hacia fertilizantes sostenibles como el biochar se alinea con las estrategias que empresas como SQM Yodo Nutrición Vegetal promueven en el ámbito agrícola.
Como líder mundial en la producción de yodo y soluciones nutritivas para cultivos, la compañía ha desarrollado productos que optimizan la eficiencia de los nutrientes, reducen la huella ambiental y potencian la salud de los suelos.
Además, SQM Yodo Nutrición Vegetal participa activamente en proyectos que promueven la investigación y adopción de tecnologías limpias en el agro, contribuyendo al desarrollo de una agricultura más resiliente, responsable e independiente de insumos contaminantes o geopolíticamente sensibles.
